Vuelvo a la salita, y empezamos a hablar del trabajo (ambos trabajamos en el mismo sitio, al que tendré que volver en pocos días...así voy re-conectando poco a poco), comentamos las noticias, las novedades de los amigos. Cenamos por turnos, y si hay suerte juntos.
Y esta es nuestra vida normal desde que llegó Sonrisitas. Una suerte! Porque siempre cuento con él, y porque es un alivio saber que ha llegado y ya no tengo que decidir todo sola...buf. Establecemos prioridades y nos repartimos el trabajo. Somos buenos amigos y buenos compañeros. Con esa mentalidad de equipo vamos saliendo adelante. Emocionante? Quizá no. Pero es que la vida cotidiana es poco emocionante. La emoción la reservamos para ocasiones especiales.
Y antes de? Antes de Sonrisitas había más tiempo, más cine, más cenas fuera, más viajes y planes de viajes ( lo de planear siempre lo disfrutamos mucho también), más momentos de pasión ( ahora estamos más cansados y la imaginación se reserva para encontrar "el momento"). Pero lo esencial no ha cambiado. Nuestra amistad, el buen rollo, las conversaciones y colaboración. Todo eso sigue ahí. Y es fundamental. No sé cómo hay parejas que creen que tener un niño ayudará a resolver sus problemas. Si hay problemas previos, un niño los hace más evidentes, y además aparecen problemas nuevos. Menos mal que nosotros nos llevamos bien...eso ayuda a la adaptación que a ratos es dura y a poner en orden ciertas cosas...sobre todo la redifinición de las relaciones con las respectivas familias políticas. Porque eso también cambia y hay que ordenarlo para evitar el caos.
Gracias por ayudarme, por estar ahí, por tomarte la molestia de conocerme y no querer cambiarme. Gracias por cuidarnos tanto y protegernos de todo lo malo. Quérote moito moitisimo Papi Chulo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario