Translate

lunes, 24 de marzo de 2014

Decisiones Desesperadas y Decisiones Reflexionadas

Y por fin ocurrió. Hace algo más de 4 meses dí a luz a mi hija y me convertí en madre. Y mi vida cambió. Mira que me habían avisado, que me habían contado historias. Mira que yo me había "preparado" y había leído libros, revistas, blogs...Pero qué va. No estaba preparada. Para nada. Sí mentalizada, pero preparada no.

TE MIENTEN PORQUE NO TE CUENTAN LA VERDAD

Lo primero que cambió fue la forma en la que las madres que conocía hablaban conmigo sobre la maternidad. Es como si ahora que había pasado la prueba del parto y ya pertenecía al Club de Madres de forma oficial me pudieran hablar sin tapujos. Se acabó la ñoñería hortera, la maternidad de poesía...éste es el mundo real. Mira bonita, en menudo lío te has metido. Pues sí. Y yo pensaba...y por qué no me contaste antes todo esto? Si iba a ser madre igual, pero al menos hubiera sabido mejor a qué me atenía.

DECISIONES DESESPERADAS

Yo tuve problemas con la lactancia y cuando comencé a hablar de ello resulta que era de lo más normal. Pero si ésto era cuestión de buena postura del bebé, no? Ah no! Que al principio duele, sí duele...son sólo unos días.

Y mira parece que la niña se queda con hambre y siempre quiere mamar, y yo no puedo con el dolor, y son las 2 de la tarde y ni me he duchado...Sí normal también. En unos días regulas la oferta con la demanda. En cuántos? Pues no sé...unos días. Días, semanas...palmo arriba, palmo abajo. Total que empecé con los complementos de biberón. Y ahí llegó el principio del fin

Y la niña tiene gases pero no suelta la teta, tira desesperada para un lado, para el otro como si fuera de látex. Y yo la aparto, pero el pecho ya está destrozado, claro.. Nada, normal también. Paciencia!

Hasta que una tarde, en mitad de un aullido de dolor, de lágrimas de frustración, de oooooooms para tener paciencia, mi cabeza y mi cuerpo dicen BASTA. Biberones para Sonrisitas ( que de hecho, empezó a sonreír mucho más ) . Dos pastillitas para mi y asunto concluído. Alivio, niña satisfecha, y yo suelo estar duchada, desayunada y lista antes del mediodía casi siempre.

No me entendáis mal. No quiero dar consejos. En absoluto. Sólo estoy compartiendo mi experiencia. La mía. Mía propia.Y no me gustó nada decidir algo tan importante por desesperación. Porque la decisión de dar el pecho la tomé de forma consciente, voluntaria e informada ( o eso creía yo ). Y lo dejé de forma brusca y con un sentimiento de fracaso que me costó un tiempo superar. Hasta que me dí cuenta de lo mucho que esa decisión me permitió volver poco a poco a mi antiguo yo reconvertido en madre. Volví a ser algo parecido a lo que era antes, diferente claro. Versión M.A.M.I. 2.0. Pero fue un primer paso en mi camino a reencontrarme. Y reconociéndome empecé a coger las riendas de mi nueva vida. Y a disfrutar.

DECISIONES REFLEXIONADAS

Yo visto a mi hija todos los días. Al principio fue fácil. Mi madre llevaba años con una afición: hacer chaquetitas de punto de bebé. Así que para cuando nació Sonrisitas yo estaba provista de chaquetitas de punto para vestir a un batallón. Gracias mil mamá! Porque al principio estaba tan superada por todo que poder vestir a la niña a base de tener que decidir solamente el color de la chaquetita diaria me facilitó muchísimo mi labor. Por no hablar de la cantidad de dinero que me ahorré.

Pero con el paso de los meses mi hija ha ido dando a conocer su personalidad. A su nivel, claro. Y ha resultado ser una niña sociable, risueña, muy poco asustadiza y muy muy movidita. Con una cantidad tremenda de energía. Le encanta mirar, descubrir y desde hace poquito tocar, coger, destrozar y dar patadas. Mueve sus piernecitas a una velocidad de vértigo. Así que para cuando ha crecido lo suficiente como para poder llevar los faldones que me regalaron yo he pensado...mmmm...como que no. Imposible. Mi niña con faldones? No le pegan ni con cola.

Y por extensión puntillitas, lacitos, rosita bebé, etc. están empezando a ser desterrados de su vestidor. En la actualidad mi misión consiste en buscarle ropa cómoda y divertida que le permita jugar todo lo que tenga que jugar y seguir desarrollando esa personalidad que gradualmente se va manifestando. Y en ello estoy. Iré comentando mis búsquedas en sucesivos posts.

CONCLUSION

La maternidad me ha cambiado  la vida. Al principio no sabía muy bien en qué sentido. Era como un pez. Nadaba y nadaba para mantenerme a flote. Funcionaba sobre todo por instinto, usando mucho las manos y el cerebro lo justo. Estaba superada, cansada y preocupada casi todo el tiempo. Pero eso no duró mucho. Pronto pude entender que el cambio había sido no para bien, si no para mucho mejor de lo que nunca había podido imaginar. Saca lo mejor de mi. Me enseña a permanecer serena en momentos de terrible stress. Exige mucho y me deja sin aliento. Pero poder ser testigo de primera mano de los avances de mi niña, de sus pequeños logros de cada día, ensimismarme con su sonrisa, con su risa y dejarme absorver por el brillo de esos ojos llenos de vida es...no sé...no hay palabras...es lo mejor del mundo!

















1 comentario:

  1. ¡¡Sonrisitas tiene a la mejor mami del mundo!! Me gusta mucho poder leer las experiencias de las ya mamás, se aprende un montón. Estaré pendiente de tus no-consejos, que para mi lo son.
    Por cierto, experiencias como la tuya con la lactancia hacen que cada vez me guste más la idea de convertirme en asesora de lactancia, porque creo que muchas podrían salvarse. Eso sí, primero terminaré el master y tendré a mi bebé jejejeje
    ¡Un beso!

    ResponderEliminar